Ello ocurrió después de situarse a 2,5 por ciento en junio, debido a un nuevo incremento de los precios de la energía, según datos publicados el miércoles por Eurostat.
Por demás, el alza de los precios del consumo ya se situó en 2,6 por ciento en febrero y encadena pequeñas variaciones desde entonces. Pese a estas fluctuaciones, el índice está lejos del objetivo de dos por ciento establecido por el Banco Central Europeo (BCE).
Los analistas de Factset pronosticaron para julio un repliegue a 2,4 por ciento. La inflación subyacente -que elimina de la ecuación los alimentos y la energía- se mantuvo estable a 2,9 por ciento, en el mismo nivel desde mayo, según el instituto europeo de estadísticas.
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