Según declaró el gobernador del banco central británico, Andrew Bailey, la presión inflacionaria “se ha calmado lo suficiente para que podamos bajar los tipos».
No obstante, los criterios del Comité de Política Monetaria estuvieron divididos; solo cinco de sus nueve integrantes votaron a favor de bajar la tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual, hasta el cinco por ciento.
Al decir de Bailey, el alza de los precios perdió celeridad «más rápidamente de lo que habíamos previsto hace un año. Pero tenemos que asegurarnos de que la inflación permanece baja, y ser cuidadosos en no recortar los tipos de interés demasiado rápido o demasiado».
Por los nuevos pronósticos de la institución, el Producto Interno Bruto podría lograr este año una expansión de 1,25 puntos porcentuales; lo cual denota una previsión más optimista frente a los cálculos publicados en mayo, cuando el ente emisor esperaba un ascenso de apenas 0,5 por ciento.
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