La iniciativa promueve en una primera fase actividades de apoyo psicosocial con actividades como las artes, la música y los deportes, así como la sensibilización sobre los riesgos de las municiones sin detonar.
Además, incluirá actividades de aprendizaje informal, con lecciones de lectura, escritura y matemáticas en una segunda etapa, aseguró a la prensa Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.
De acuerdo con el vocero, la Agencia para Refugiados Palestinos tiene previsto proporcionar educación formal a los niños tan pronto como la situación lo permita.
Sin embargo, para eso Gaza necesita urgentemente un alto el fuego inmediato y duradero, insistió.
Considerada el principal actor sobre el terreno, la Unrwa fue aprobada por la Asamblea General de la ONU hace 75 años con el mandato de proporcionar asistencia y protección a más de 5,9 millones de refugiados palestinos en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania, incluido Jerusalén Este, y la Franja de Gaza.
Su misión pretende impulsar el pleno potencial de desarrollo humano de esas poblaciones, a la espera de una solución justa y duradera al conflicto.
Pese a su marcado propósito humanitario, el organismo ha resultado otra víctima de la ofensiva israelí que desde el 7 de octubre atacó a dos tercios de las instalaciones de la Agencia en Gaza y cobró la vida de dos centenares de sus trabajadores.
El trabajo de la Unrwa resulta vital en el enclave, donde más de 1,9 millones de personas -el 90 por ciento de la población- permanecen desplazados de sus hogares, algunos hasta nueve o diez veces.
La población en la Franja enfrenta como consecuencia una grave inseguridad alimentaria, con medio millón de personas al borde de la hambruna.
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