Por Fausto Triana, enviado especial

La argelina Imane Khelif, en el peso welter para las lides del pugilismo femenino de la cita olímpica, fue descalificada el pasado año por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) por incumplir las normas de elegibilidad.

Según estas reglas, atletas con cromosomas XY no pueden participar en certámenes femeninos. Pero el Comité Olímpico Internacional (COI) revertió la medida, además de asumir la dirección del boxeo al sancionar a la IBA por presuntos malos manejos financieros y de organización.

El caso recuerda a Caster Semenya, corredora sudafricana con varias medallas en la escena olímpica y mundial en la media distancia, nacida con el patrón típico masculino de cromosomas XY y biológicamente atleta varón sudafricano.

Mediático hasta la saciedad, Semenya estuvo siempre entre la gloria y la prohibición. Todavía en la actualidad, emprende acciones para que le sean reconocidas sus habilidades como atleta femenina, aunque su cuerpo diga lo contrario.

Según las conclusiones de los especialisyas, entraría en la categoría de mujer cisgénero intersexual, asignada como mujer al nacer, con cromosomas XY y con niveles naturalmente elevados de testosterona.

Ocurre en la actualidad que deportistas transgénero están pidiendo ser admitidos en pruebas para mujeres, o que se habilite un segmento dedicado a las competidoras de este sector. Tienen el rechazo mayoritario de las féminas, que no admitirían contrincantes con altos niveles de testosterona.

Sin embargo, mientras el COI analiza las proyecciones de este asunto, el boxeo de Paris 2024 se antoja un globo de ensayo, cuyas consecuencias al día de hoy son impredecibles. Khelif asestó un golpe en la nariz a la italiana Angela Carini en octavos de final y la europea no pudo reponerse, molesta con su casco protector, por lo que abundó a los 46 segundos.

La argelina, que la IBA calificó en su momento de “hombre sin ambages”, perdió la medalla de oro en los Campeonatos del Mundo de 2023 por sus cromosomas XY.

El COI, tras un proceso de investigación, rescató a Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting, ambos casos proscritos por la IBA. ‘Se trata de personas reales. Han competido y siguen haciéndolo en la rama femenina. Han perdido y han ganado contra otras mujeres a lo largo de los años’, afirmó este jueves el portavoz del COI, Mark Adams.

Sin embargo, la manzana de la discordia promete aumentar de dimensión con este asunto. Son varios los deportes que limitaron los niveles de testosterona permitidos a las atletas que participan en competiciones femeninas.

Otras federaciones, incluso, prohíben el acceso a todo aquel que haya pasado por la pubertad masculina. En sentido general, analistas valoran que el COI está obligado a implementar medidas para preservar el deporte sano y sin distorsiones.

No parecen claras en la actualidad las líneas rojas de permisibilidad en cuanto a rangos de sexo permisibles en cada una de las ramas, respecto al deporte.

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