En el templo de la tierra batida, la cancha Philippe Chatrier de la Porte d’Auteuil, el balcánico dominó sin problemas al caer la noche 6-4 y 6-2 al italiano Lorenzo Musetti (16 del ranking de la ATP), consciente de que la Ciudad de la Luz es la última puerta para la gloria que le falta, la olímpica.
“Nole” tiene más títulos de Grand Slam que nadie (24) y se cansó de ser número uno del circuito, incluso con el récord reciente de convertirse en el jugador más longevo en conseguirlo, a los 37 años, pero en su palmarés solo aparece bajo los cinco aros el bronce de Beijing 2008.
Entonces, el también legendario español Rafael Nadal lo sacó de la fiesta dorada, un «favor» que el serbio le devolvió esta semana en la segunda ronda, quizás la última vez que los vimos enfrentarse en la meca de la arcilla, la casa del Roland Garros.
Más temprano, en la propia majestuosa Philippe Chatrier, otro español, el magnífico Alcaraz, demostró que vino a París 2024 con el oro en la mira, aplastando con un par de 6-1 la propuesta del siempre incómodo canadiense Felix Auger-Aliassime (19).
Si el tenis contó hasta hace poco con sus tres mosqueteros (Djokovic, Nadal y Roger Federer), “Carlitos” es como D’Artagnan, y ya atesora cuatro coronas de Grand Slam a sus 21 años.
El serbio, segundo del escalafón, y el ibérico (tercero) chocaron antes seis veces, con tres victorias por bando, así que la Porte d’Auteuil además de ver subir a uno de ellos hasta el olimpo, será testigo el domingo del desempate.
Bastaría para ilustrar el nivel del soñado duelo con señalar que de los últimos nueve Grand Slam jugados, solo el Abierto de Australia del pasado enero (Jannik Sinner) escapó de la sonrisa de los dos tenistas, con cuatro triunfos para cada uno.
Otra tenista muy conocida aquí, la polaca líder universal Iga Swiatek, cuatro veces ganadora del Roland Garros, tuvo que conformarse con el bronce en su feudo de la tierra batida, presea que logró al superar 6-2 y 6-1 a la eslovaca Anna Schmiedlova.
Mañana disputarán el oro la china Qinwen Zheng (séptima) y la croata Donna Vekic (21), una final imposible de imaginar.
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