Por Julio César Mejías, enviado especial
Souza acalló por completo las gradas de la Arena de los Campos de Marte cuando en semifinales derrotó a la estrella francesa Romane Dicko, la líder del ranking mundial de la Federación Internacional de Judo (IJF), pero no satisfecha salió con todo en la final ante la israelí Raz Hershko y consiguió el anhelado título para todo atleta.
Sus primeros pensamientos para su humilde familia que le espera de regreso: “mis padres, mi esposo, mi abuela, todos pasaron por mi mente en ese instante, sin ellos no estuviera aquí, como tampoco sin quienes han influido en mi formación, mis actuales entrenadores incluidos”.
“Aun no me lo creo, es un día muy especial, ese que sueñas muchas veces y otras tantas se desvanece; pero esta vez está ahí, concretado, y soy muy feliz, nadie es más feliz que yo hoy”, aseguró la brasileña aun emocionada con su medalla colgada al pecho y enseñándola repetidamente a quienes le interrogan en la zona mixta de los Campos de Marte.
¿Cómo lograste mantener la calma en medio del ensordecedor ambiente generado por la afición francesa?, le preguntamos y asienta con la cabeza, reconociendo la sana hostilidad del momento, marcado por los gritos de “¡Allez Romane!”.
“Difícil, era muy difícil concentrarse, pero lo logré. Me ayuda mucho que no miro a los lados y solo pienso en el combate. Es algo que trabajo en cada entrenamiento, centrarme en la estrategia ante rivales que ya conozco y con las cuales he combatido varias veces, hemos ganado y perdido entre todas, pero el éxito radicó en la calma y la concentración”, precisó.
Y sobre el tatami lo demostró, pues la nacida hace 26 años en la localidad paulista de Itariri resolvió el pase a la final con ippón, que de paso le sirvió para tomar venganza de la estrella francesa, la gran favorita aquí, contra la que había perdido en la final del Mundial de 2022.
Luego en la final se le vio todo el tiempo fuerte y superior a la israelí Hershko, a quien le marcó decisivo wazari en apenas 44 segundos de combate, ventaja que supo mantener para delirio de sus compañeros de equipos, aficionados brasileños presentes en la Arena parisina y más de 200 millones que le seguían desde la distancia.
Para llegar a ambos combates, Souza inició su andar en su primera cita bajo los cinco aros con triunfos frente a la nicaragüense Izayana Marenko la surcoreana Kim Hyeon.
A interrogante de Prensa Latina, Souza tuvo palabras elogiosas para dos judocas, la primera su compatriota Maria Suelen Altheman con la cual comparte entrenamientos y de la cual resalta su apoyo en el trabajo diario para reforzar el factor mental, la concentración y la fuerza.
Y a la otra la consideró su ídolo: “tengo especial devoción por Idalys Ortíz, la gran judoca cubana. Ella es mi ídola, es un paradigma a seguir, no solo por ser multimedallista olímpica y mundial, por su maestría deportiva, sino por sus sentimientos y respeto hacia todos, por sus valores humanos”, indicó.
“Quiero contarles una anécdota que guardaré siempre. En mi primer torneo en la categoría senior quedé eliminada en mi primer combate, ella me vio llorar desconsoladamente, apenas me conocía, yo salía de la categoría juvenil, pero se me acercó y se sentó a mi lado. Me consoló y me dijo: vamos, arriba que estás empezando y vas a llegar muy lejos”, agregó.
“La admiro muchísimo y me inspira a seguir, a seguir fuerte”, acotó, aún dejando correr lágrimas como las que millones vieron mientras sonaba el himno brasileño y la bandera “verdeamarelha” subía más alta que las otras dentro de la Arena de los Campos de Marte.
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