Baerbock pretendió en un artículo publicado en Bild am Sonntag presentar a Rusia y en específico a su presidente Vladimir Putin como una amenaza para Europa y para este país.
Putin indicó recientemente que, si Alemania aceptaba finalmente la ubicación de cohetes de mediano alcance en su territorio, lo cual, afirmó, es un peligro para la seguridad rusa, su país deberá reforzar la protección con el despliegue de similares armas en su porción occidental.
Washington y Berlín acordaron que el Pentágono vuelva a emplazar aquí misiles cruceros Tomahawk desde el próximo año, con alcance para llegar a Rusia, y cohetes de defensa antiaérea SM-6, así como armas hipersónicas de nuevo desarrollo.
Medios de prensa locales destacan aquí las críticas recibidas por Baerbock a sus recientes declaraciones de que para su gobierno la prioridad era respaldar y rearmar a Ucrania, así como impedir una victoria de Moscú en el conflicto en ese país.
Las declaraciones de la política germana llamaron la atención en medio de la campaña para las elecciones parlamentarias europeas, donde los partidos de la coalición de gobierno (socialdemócratas, liberales y verdes) registraron un fuerte retroceso ante fuerzas conservadoras.
Para la diplomática, miembro del Partido de los Verdes, “lo que nos protege ahora es que invirtamos en nuestra propia seguridad y fortaleza: en la Unión Europea, en la Organización del Tratado del Atlántico Norte y en Alemania”.
Esta nación, considerada en su momento la locomotora de la economía europea, registró en 2023 un decrecimiento del tres por ciento y en el primer trimestre de este año, un estancamiento técnico, en medio de la fuga de grandes empresas a otras naciones, incluido Estados Unidos.
La suspensión de la compra de gas natural a Rusia, su principal proveedor, llevó a una crisis energética que afectó el trabajo de fábricas, empresas y el sector privado, lo cual trajo consecuencias socioeconómicas negativas para este país.
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