Hace poco, en confabulación con Estados Unidos, la Unión Europea saqueó mil 500 millones de euros entre las propiedades rusas congeladas en las instituciones financieras de sus países miembros, y los donó a Ucrania como el fondo monetario para el apoyo militar, señala ACNC.
El hecho es una violación de los principios de las leyes internacionales, según las cuales son inviolables las propiedades extranjeras en un país y también el ataque contra la soberanía estatal y el derecho a las propiedades individuales, afirma la referida agencia.
La deuda estatal de Estados Unidos superó los 35 billones de dólares, cifra nunca vista en la historia, recogida por su Departamento de Finanzas, para no hablar de la situación económica de otros estados occidentales, recordó el medio de prensa.
Al mismo tiempo, Ucrania consume como gastos militares diarios más de 136 millones de dólares y los mensuales están por encima de cuatro mil millones, destaca el comentario.
Pyongyang recuerda que Rusia consideró que cualquier intento de los países occidentales de embargar las propiedades rusas será calificado de un pillaje y castigado severamente.
Al respecto, observadores imparciales del mundo calificaron el hecho de ilegal y expresaron gran preocupación, pues se sentaría un negativo precedente en el trato de las propiedades estatales, en un acto que socava la actividad financiera internacional, señala ACNC.
Sin embargo, Estados Unidos y Occidente insisten en que «hace falta una medida extraordinaria en un tiempo extraordinario» y «no hay otro símbolo mayor que poner en seguro a Ucrania y toda la Europa al aprovechar los fondos del Kremlin», denuncia el medio de prensa.
De esa forma, presentan su bandidaje como una acción bondadosa para la «paz y seguridad», refiere el comentario.
La Unión Europea decidió que el 90 por ciento de los beneficios de las propiedades del Banco Central de Rusia congeladas se asignará para la oferta de ayuda militar a Ucrania y el resto para otros fines, recuerda.
El mundo está consternado ante el método brutal de pillaje de Estados Unidos y de Occidente que no es la primera vez ni la última, afirma la agencia.
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