Esta será la primera vez en siete meses que las partes comparezcan ante el tribunal y, además, ocurre luego del fallo a inicios de julio de la Corte Suprema que le otorgó inmunidad presidencial.
En una conclusión 6-3 del Supremo se determinó que un presidente tiene inmunidad absoluta para los actos dentro de sus poderes constitucionales básicos y una presunción de inmunidad para «actos dentro del perímetro exterior de su responsabilidad oficial».
Chutkan tendrá que aplicar la decisión de la Corte Suprema a las acusaciones en el caso penal de Trump, para discernir si sus acciones fueron «actos oficiales» o conducta privada sujeta a ser procesada.
El año pasado, Trump se declaró inocente de los cargos de llevar a cabo un «plan criminal» para anular los resultados de las elecciones de 2020 al reclutar a una lista de los llamados «electores falsos», recuerda ABC News.
Igualmente negó haber usado el Departamento de Justicia para realizar «investigaciones falsas de delitos electorales», tratar de reclutar al vicepresidente para «alterar los resultados de las elecciones» y promover afirmaciones infundadas de una elección robada, mientras se desataba el motín del 6 de enero en el Capitolio, subrayó.
Todo lo anterior -precisó el reporte- en un esfuerzo del entonces ocupante del Despacho Oval por subvertir la democracia y permanecer en el poder.
Lo menos que necesita Trump es revolver los problemas legales que han ocupado gran parte de su campaña, aunque quedó demostrado que esos enredos no afectaron su imagen, la cual se potenció incluso después del 13 de julio cuando sobrevivió a un intento de asesinato en un mitin en Butler, Pensilvania.
Sin embargo, la campaña electoral chocó con un cambio de ecuación con la renuncia del presidente Joe Biden a su campaña a la reelección y respaldar en su lugar la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris.
Según el expresidente, la exfiscal general de California y exsenadora sería «más fácil de vencer», pero parece que no será así. En una semana Harris logró posicionarse entre los demócratas, despertar el entusiasmo en el partido y recaudar una cifra récord de 310 millones de dólares en julio.
En estos momentos Trump anda en reversa respecto al debate programado para el 10 de septiembre, organizado por la cadena ABC, al aceptar la oferta de Fox News para el cara a cara con la vicepresidenta, el 4 de septiembre.
El candidato republicano argumentó que el debate de ABC se acordó cuando Biden era el presunto candidato demócrata y además citó su demanda activa por difamación contra la televisora y uno de sus presentadores, George Stephanopoulos.
En su cuenta de la red social X, la abanderada demócrata escribió: «Es interesante cómo ‘cualquier momento, cualquier lugar’ se convierte en ‘un momento específico, un espacio seguro específico’. Estaré allí el 10 de septiembre, como él acordó. Espero verlo allí», aunque ahora la propuesta es el 4.
El mensaje hace referencia a lo que planteó Trump durante las negociaciones del debate con Biden de que estaría dispuesto «en cualquier momento y en cualquier lugar» para enfrentarse públicamente.
Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña de Harris, dijo a NBC News en un comunicado: «Donald Trump está asustado y tratando de retractarse del debate que ya acordó y corriendo directamente a Fox News para rescatarlo. Necesita dejar de jugar (…) y presentarse al debate al que ya se comprometió el 10 de septiembre».
La vicepresidenta «estará allí de una forma u otra para aprovechar la oportunidad de hablar ante una audiencia nacional en horario de máxima audiencia», agregó en el comunicado.
En una entrevista pregrabada concedida a Fox Business, Trump puso en duda lo de un choque con su rival porque “(…) ahora mismo me pregunto por qué debería hacer un debate. Estoy liderando las encuestas y todos la conocen a ella. Todos me conocen a mí”.
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