Por Fausto Triana, enviado especial
Colofón de lunes para la gimnasia artística de los Juegos Olímpicos que en cualquier caso terminó con júbilo y sueños ya con la mirada en la próxima cita cuatrienal de Los Angeles 2028. No fue el día de Biles en un torneo más repartido de lo previsto.
Siento una felicidad enorme; ha sido el premio al tesón, la constancia, la entrega y ganar a Simone Biles es un orgullo, un honor, desde el respeto y la admiración que le tengo. Ella es una referencia, apuntó en rueda de prensa Andrade, medalla de oro en la final de suelo.
Su ejecución fue magistral. Alegre, contagiosa y con una técnica depurada, aprovechó la oportunidad de competir primero que la norteamericana y la puntuación de 14,166 colocó la varilla muy alta.
Deseaba un oro con todas las fuerzas, aunque las cuatro medallas ganadas en París todas son especiales para mi. El bronce por equipos fue muy importante, era algo con lo que habíamos soñado y algo que yo también deseaba de verdad, apuntó Andrade.
Tocaría a Biles remar a contracorriente y falló con dos salidas del cuadrilátero en su rutina. Salvó los muebles gracias a la elevada exigencia del ejercicio, 6,900 frente a los 5,900 de Andrade, con lo cual pudo obtener la presea plateada con 14,133 puntos, por encima de su compatriota Jordan Chiles, bronce con 13,766, quien reclamó a los jueces y subió su nota.
“Estamos agradecidas de Paris 2024, ha sido una gran andadura de nuestro regreso a los planos estelares con el “Redemption Tour” que nos propusimos como equipo. Estados Unidos está de vuelta en la gimnasia y eso es lo más importante”, destacó Biles a un grupo de periodistas.
Como ella misma reconoció, fue una tarde rara. No es normal que se haya caído en la viga de equilibrio cuando realizaba una actuación sobresaliente y luego salirse en dos ocasiones del tapiz en los ejercicios de suelo.
Ya tenía tres de oro y con la plateada de este lunes tampoco puede quejarse de su regreso al deporte activo tras problemas de salud mental que la alejaron de la gimnasia a raíz de los Juegos de Tokio 2020.
Rebeca Andrade no fue la única latinoamericana exitosa en la fecha. El colombiano Angel Barajas, a sus 17 años, se hizo del subtitulo en barra fija (14,533) detrás del japonés Shinnosuke Oka (14,533), con detalles técnicos que favorecieron al de la tierra del Sol Naciente.
Primera medalla de la gimnasia artística colombiana en Juegos Olímpicos del joven de Cúcuta que hace un año estaba en la categoría juvenil.
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