La erupción provocó fuentes de lava y una nube volcánica con la consiguiente lluvia de cenizas y fragmentos piroclásticos en dirección este-sureste de Italia.
De acuerdo con el centro, la Acireale y Zafferana son las zonas más afectadas, donde se detectó ya una espesa capa de cenizas. Además, el aeropuerto de Catania quedó solo parcialmente operativo, pues la unidad de crisis de la terminal aérea ordenó el cierre del sector B1 y la reducción de los vuelos.
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