Según informó hoy la agencia estatal de noticias ACNC, se trata de “una nueva arma ofensiva fundamental” que representa “un gran salto en la modernización y fortalecimiento del ejército”.
Después de pasar revista a los medios, el secretario general del Partido del Trabajo y presidente del Comité de Asuntos Estatales los calificó como “una poderosa y apreciada espada” para defender la soberanía nacional.
Kim apuntó que la ceremonia se celebraba cuando el país encara graves daños causados por las inundaciones en el noroeste, por lo que la entrega de las lanzaderas refleja la voluntad de “de impulsar con firmeza y bajo cualquier circunstancia el fortalecimiento de las capacidades defensivas” de la nación.
La movilización de esos medios bélicos coincide con un empeoramiento de las relaciones con Corea del Sur debido a la realización de ejercicios conjuntos con Estados Unidos y Japón, y a otras acciones de Seúl, como el envío de globos aerostáticos a la RPDC con propaganda subversiva.
La ceremonia, efectuada el domingo en el campo de entrenamiento de Mirim, en Pyongyang, incluyó un desfile de las unidades de misiles que recibieron los nuevos armamentos, bajo la atenta mirada del también comandante supremo del Ejército Popular.
En la ocasión estuvieron presentes dirigentes del Partido, del gobierno y de las Fuerzas Armadas, los comandantes de los ejércitos de tierra, agua y mar, jefes de grandes unidades combinadas y científicos de la industria defensiva nacional.
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