A esa ausencia se sumó la de Venezuela, desde donde llegó el Ejército Libertador internacionalista de Simón Bolívar.
En el primer caso, la presidenta fue representada por el primer ministro Gustavo Adrianzén, quien se mantuvo en silencio ante preguntas de reporteros sobre los motivos por los cuales no estuvo presente Boluarte en Lima.
Un escueto comunicado oficial atribuyó la ausencia a “motivos de fuerza mayor”, sin más precisiones. Con anterioridad, el Frente de Defensa de la región de Junín anunció protestas contra la presencia de las autoridades nacionales en la ceremonia de hoy, las que no se hicieron notar.
El clima de malestar y protesta tiene como causa, según los dirigentes regionales, el incumplimiento de obras para Junín que el Gobierno prometió para el bicentenario de la batalla.
En su discurso, el primer ministro dio cuenta de obras que, afirmó, realiza el Gobierno en diversos puntos de Junín, región que se extiende por territorios andinos y selváticos.
También reconoció la participación de combatientes de Venezuela, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia en la batalla librada con sables y lanzas en el campo de Chacamarca.
Adrianzén hizo además un nuevo llamado “al diálogo, a la unidad, a la articulación y a la suma de esfuerzos” por el país, aunque las encuestas registran una desaprobación masiva a la gestión gubernamental.
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