Un reciente comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) urgió al cese inmediato de las hostilidades junto a un aumento rápido de la asistencia alimentaria, nutricional y monetaria para salvar vidas, así como de la ayuda agrícola de emergencia.
De acuerdo con el organismo, la ayuda resulta fundamental en las zonas afectadas por el conflicto para aliviar las necesidades inmediatas y evitar que el riesgo de hambruna aumente y alcance a otras localidades de Sudán.
El más reciente informe del Índice de Clasificación Integrada de Naciones Unidas confirmó que el hambre aguda amenaza a más de la mitad de la población de Sudán en medio de una situación que golpea además la actividad agrícola, en la que labora casi el 65 por ciento de la población del país.
El reporte confirma por primera ocasión condiciones catastróficas en 14 zonas que podrían ser declaradas en riesgo de hambruna en los próximos meses.
Casi 14 millones de seres humanos enfrentaban hambre aguda antes de que comenzara el conflicto en abril de 2023; sin embargo, los índices ahora se estiman en 26 millones de sudaneses.
La falta extrema de alimentos amenaza en particular el norte de Darfur, en la región del occidente, donde el conflicto mantiene a los sudaneses en la clasificación más alta de inseguridad alimentaria.
La población de la zona enfrenta condiciones de hambruna o de la Fase cinco del Índice de Clasificación Integrada.
Esto significa que al menos una de cada cinco personas o familias padecen falta extrema de alimentos y se enfrentan a la inanición y la indigencia, lo que da lugar a niveles extremadamente críticos de desnutrición aguda y muerte.
La FAO pidió actuar ante las condiciones trágicas reportadas en zonas de Darfur y frente al creciente riesgo de que otras áreas afectadas por el conflicto en Sudán caigan también en situación de hambruna.
Según esa agencia, cerca de 755 mil sudaneses sufren niveles catastróficos de hambre aguda en el país.
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