Los lugareños hablan y rezan en el ancestral idioma transmitido de padres a hijos y tratan por todos los medios de salvarlo de la extinción.
Situado entre montañas, a mil 700 metros de altura, el legendario lugar presenta maravillosos paisajes, cuevas, cavernas, desfiladeros, monasterios y casas apretujadas.
Algunos de sus monasterios datan del siglo X a. C., como los de Mar Sarkis y Santa Tecla, clasificados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura entre los monumentos cristianos más importantes y antiguos del orbe.
El convento Santa Tecla es uno de los más visitados por peregrinos y fue construido en honor a la discípula del apóstol Pablo, quien dedicó su vida al servicio de huérfanos e indefensos.
Según la leyenda, cuando Santa Tecla huía de los romanos que la perseguían por negarse a renunciar al cristianismo, se encontró atrapada por una enorme montaña y tras levantar un clamor a Dios esta se dividió formando un cañón por cuyos pasadizos ella logró escapar.
A fines de 2013, terroristas sabotearon, quemaron y destruyeron sus templos, conventos y casas. Mucha gente huyó de la comarca hasta su liberación en 2014 por el Ejército sirio.
Tras la reconstrucción, el sitio vuelve a recibir turistas y peregrinos, quienes buscan un ambiente de paz y asistir a ceremonias religiosas donde se recitan sagradas escrituras en arameo.
(Tomado de Orbe)