El territorio de la suroccidental provincia de Puntarenas, que figura entre los puertos más importantes del litoral oceánico, espera la inminente llegada de los cetáceos de la especie Megaptera novaeangliae, conocidas como jorobadas, recuerda el canal Teletica.
La calidez de estas aguas cristalinas –explica la televisora- las convierte en canal favorito para que estos majestuosos mamíferos marinos realicen una de las más largas migraciones del reino animal a través de esta región oceánica, punto de acceso al emblemático parque nacional Manuel Antonio.
Los actuales preparativos costarricenses para recibir a partir de este mes en Quepos a los cetáceos, “que viajan –comenta la televisora- desde las frías aguas polares hasta los trópicos para reproducirse y dar a luz a sus crías, adelantan un espectáculo increíble y único de la naturaleza”.
«Observar a las ballenas jorobadas y sus crías saltando en el océano es algo que, definitivamente, todos deberíamos ver en algún momento de nuestras vidas”, comenta Jeff Duchesneau, gerente de Marina Pez Vela, quien califica la zona «entre los entornos naturales más espectaculares del planeta”.
“Por eso –añade el experto- nos emociona tanto anunciar el inicio de la temporada de ballenas, una oportunidad única para experimentar de cerca este fascinante fenómeno natural”.
Para el gerente de la Marina Pez Vela, este espectáculo impresionante mediante el cual, cada año, cientos de ballenas jorobadas migran hacia las cálidas aguas costarricenses, “atrae a visitantes de todo el mundo».
La visión del especialista sobre la impronta costeña de las ballenas describe el contraste de esas riquezas del patrimonio marítimo “con montañas cubiertas de bosques lluviosos, llenas de vida silvestre, que compiten con las aguas color turquesa del Pacífico”.
Los empresarios locales, animados, al parecer, por el aumento del turismo en un 14,5 por ciento en el país durante el primer semestre del año, presentaron para esta temporada de encuentro con el cetáceo paquetes accesibles que incluyen tours de avistamientos en catamarán.
«Queremos crear –abunda Duchesneau- una experiencia en la que las personas no solo puedan disfrutar del avistamiento de ballenas, sino que también tengan un día muy especial, rodeados de sol, buena comida y un gran ambiente”.
Los referidos tours en catamarán –argumenta- brindan una experiencia segura y educativa que combina el lujo del viaje mediante esa embarcación con la majestuosidad de nuestros océanos y su vida marina», en un país ya recuperado de la crisis de 2020 y 2021 por la pandemia del coronavirus.
La llegada del cetáceo es frecuente durante los meses de febrero, agosto y septiembre, cuando las posibilidades de avistar a estas magníficas criaturas son máximas, mientras se aparean y dan a luz a sus crías.
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