Este martes se cumplen dos semanas de la muerte tras un ataque israelí de Fuad Shukar, uno de los principales dirigentes militares del grupo libanés Hizbullah, horas antes de una operación similar en Teherán contra el jefe político de Hamas, Ismail Haniyeh.
Las autoridades israelíes temen una avalancha de misiles desde la nación persa, a los que se sumarán cohetes y drones de El Líbano y de otras áreas de Oriente Medio.
En abril Irán disparó más de 300 misiles y aviones no tripulados contra Israel en represalia por un ataque contra su consulado en Damasco, que causó la muerte a varios oficiales de alto rango iraníes.
Sin embargo, las autoridades de esa nación advirtieron que la venganza ahora será mucho mayor y destacaron su derecho a la legítima defensa ante las continuas agresiones israelíes.
A su vez, el primer ministro Benjamin Netanyahu y sus socios en el poder prometieron una respuesta dolorosa ante cualquier incursión, lo cual amenaza con desencadenar un conflicto en Oriente Medio a gran escala.
No obstante, la prensa de esta nación levantina estimó que la esperada incursión se centrará en activos militares porque nadie quiere una guerra regional.
En una conversación telefónica la víspera con el canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, afirmó que su país tiene derecho a responder al asesinato de Haniyeh.
Nunca cederemos a las presiones, a las sanciones ni al acoso, advirtió el mandatario. Anoche, el portavoz de las Fuerzas de Defensa israelí, Daniel Hagari, afirmó que el país está en su nivel máximo de alerta y listo para contratacar.
El domingo el ministro de Defensa, Yoav Gallant, habló por teléfono sobre el tema con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.
Para proteger a su aliado, el Pentágono anunció el despliegue en la zona del submarino de misiles guiados USS Georgia y confirmó el envío de un grupo de batalla encabezado por el portaaviones Abraham Lincoln en sustitución del Roosevelt.
El primero de ellos se encuentra en la actualidad en Asia y se espera su llegada en dos semanas.
Pero el diario norteamericano The Wall Street Journal señaló que la intención ahora es mantener juntos en el área a los dos portaaviones con sus respectivos grupos de batalla.
Washington también trasladó a Oriente Medio una docena de aviones ultramodernos F-22.
En las últimas semanas, decenas de Gobiernos llamaron a sus ciudadanos a abandonar la zona por temores a una guerra regional.
En medio de este panorama, Fitch rebajó ayer la calificación crediticia de Israel al citar “riesgos geopolíticos”, tras lo cual el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, restó importancia a la decisión al considerarla natural “porque el país está en guerra”.
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