Junto a un árbol de Guayacán, sembrado en noviembre pasado en los jardines de la Fundación que lleva el nombre del militar y exmandatario istmeño, integrantes de la misión estatal, grupos de solidaridad, residentes cubanos, estudiantes y representantes de organizaciones sociales, destacaron la obra humanista de Fidel.
En sus palabras, el embajador de la isla en la nación canalera, Víctor Cairo, subrayó que Fidel representa los valores más patrióticos y autóctonos del pensamiento latinoamericano y antimperialista, un defensor de la verdad, la ética revolucionaria, las causas justas y más nobles de la humanidad.
El diplomático evocó al estadista como un maestro de palabra y de la comunicación política.
“En cada una de sus alocuciones y reflexiones, trasmitía un método de análisis revolucionario que contribuía a las masas a interpretar la realidad nacional e internacional”, remarcó.
Cairo exaltó además que el espíritu y fe de Fidel en la victoria están presentes en el pueblo cubano, que cada día lucha por superar el cruel bloqueo impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas.
A su juicio, según explicó, Fidel simboliza la lucha de los pueblos por un mundo mejor posible, por la emancipación de los pobres, la independencia y la dignidad humana.
En otra parte de su comparecencia, Cairo indicó que el Comandante en Jefe se anticipó a su tiempo y cuando pocos pensaban en los peligros de la humanidad con el cambio climático, alertó que una especie estaba en peligro de la extinción.
“Denunció con vehemencia los males del capitalismo, la esencia deshumana y el impacto negativo, egoísmo neoliberal contra la paz y el desarrollo de la humanidad”, sentenció.
En la velada también intervinieron miembros de la legación diplomática como Isabel Monzón, que señaló la importancia de seguir el ejemplo de Fidel en la labor cotidiana; o el exembajador de Panamá en La Habana, Reynaldo Rivera, que subrayó la importancia de contar con ese faro de dignidad que es Cuba frente a las constantes agresiones del imperio.
También Gabriela Rosas, de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba, y Ramón Núñez, de la comisión chilena de Derechos Humanos, reafirmaron el compromiso de defender en cualquier circunstancia la obra humanitaria de la Revolución cubana y su pueblo, que en momentos difíciles acogieron a exiliados y perseguidos políticos de las dictaduras militares en la región.
Rosas recordó en particular una visita de Fidel al istmo en noviembre del año 2000, cuando fue directo a la parroquia de San Pablo Apóstol, en el barrio de La Locería, y rindió homenaje en el lugar donde reposan los restos del general Torrijos, fallecido en un accidente aéreo en 1981.
El homenaje en Panamá por el onomástico de Fidel concluyó con otro agasajo en la sede de la legación diplomática, en el que sus integrantes celebraron la efeméride junto a representantes de organizaciones populares, académicas, agrupaciones solidarias y de connacionales radicados en el país istmeño.
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