En fecha reciente dos Estados aceptaron sumarse a la Coalición Internacional por la Igualdad Salarial (EPIC, por sus siglas en inglés) y otros dos acordaron aumentar los esfuerzos para contrarrestar el flagelo en el ámbito nacional.
Con la incorporación de Chile y Turquía, la cifra de adhesiones gubernamentales subió a 27; además, España, que ya es integrante de la EPIC, y Japón acordaron hacer más para apoyar el objetivo de la coalición, precisó el organismo de Naciones Unidas.
Según abundó, la iniciativa cuenta actualmente con 63 miembros, al sumar organizaciones de empleadores y trabajadores, organismos internacionales, entidades del mundo académico y la sociedad civil, así como gobiernos nacionales.
Los nuevos compromisos fueron expuestos en un evento organizado por EPIC y el Ejecutivo brasileño, durante las reuniones del Grupo de los 20 (G20) en Fortaleza, Brasil, en julio de 2024, detalla la nota publicada este miércoles.
De acuerdo la OIT, a escala internacional aumenta la comprensión de que la igualdad en la remuneración a hombres y mujeres por un trabajo de igual valor, refuerza la capacidad de los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reduciendo así el hambre, la pobreza y la inequidad.
Actualmente los principales factores que obstaculizan el acceso de las mujeres a los mercados laborales son la discriminación salarial por razón de género y las desigualdades étnicas y raciales, a ello se unen otros factores como la desproporcionada cantidad de trabajo hogareño, la exposición a la violencia y el acoso en los puestos laborales, recuerda el documento.
Pese a importantes avances en las políticas y acciones de igualdad de género, “en todo el mundo, las mujeres ganan menos de 80 céntimos por cada dólar que ganan los hombres”, apuntó la jefa de la Subdivisión de Género, Igualdad, Diversidad e Inclusión de la OIT, Chidi King.
Pero esa cifra, lamentó, es aún más baja para madres con hijos pequeños, refugiadas, migrantes, discapacitadas, indígenas y muchas otras mujeres, especialmente las que trabajan en la economía informal.
«Tenemos la responsabilidad colectiva de cerrar la brecha salarial de género: hacerla visible, medirla, encontrar soluciones innovadoras y prácticas para abordarla y acelerar el progreso hacia la meta 8.5 de los ODS», redondeó la directora general adjunta de la OIT, Celeste Drake.
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