Durante los combates en Kursk, el enemigo perdió además 37 tanques, 32 blindados de transporte, 18 vehículos de combate de infantería, 192 vehículos blindados de combate, 88 automóviles, cuatro sistemas antiaéreos, dos lanzacohetes múltiples y 15 piezas de artillería reza el comunicado del ente castrense.
Las pérdidas de Kiev en las últimas 24 horas ascendieron a 270 militares y 16 vehículos blindados, mientras que 18 efectivos de las Fuerzas Armadas de Ucrania fueron hechos prisioneros. Además, las tropas rusas repelieron seis ataques ucranianos hacia cinco localidades de la provincia de Kursk.
El departamento militar ruso también detalló que fueron abatidos dos grupos del enemigo en dos camionetas, así como concentraciones de tropas en la zona de varias localidades de Kursk. «La operación para destruir las formaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania continúa», resumió el Ministerio de Defensa.
El pasado 6 de agosto, el ejército ucraniano lanzó una ofensiva sorpresa contra la provincia de Kursk.
Según las autoridades regionales, los ataques ucranianos causaron hasta la fecha al menos 12 civiles muertos y más de 120 heridos, entre ellos diez niños, mientras que decenas de miles de civiles fueron desplazados por las hostilidades.
El gobernador interino de la región, Alexéi Smirnov, aclaró que las tropas ucranianas se adentraron unos 12 kilómetros en la provincia y controlan 28 localidades con un total de dos mil habitantes. El ancho del frente alcanza los 40 kilómetros, pero no es una línea clara, lo que dificulta la tarea de localizar al enemigo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que Kiev emprendió una provocación y abre fuego indiscriminadamente, en particular contra instalaciones civiles, y declaró que el adversario recibirá «una digna respuesta».
En las regiones de Bélgorod, Briansk y Kursk, fronterizas con Ucrania, fue decretado el régimen de operación antiterrorista.
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