Durante su discurso en Bagram, el Ministro del Interior en funciones, Sirajuddin Haqqani, recalcó que el Emirato Islámico no busca la confrontación con el mundo y se esforzará por ampliar sus relaciones internacionales.
Nos arrebataron la libertad, pero la recuperamos; no tenemos intención de enfrentarnos a ellos. Hemos brindado una buena oportunidad y tenemos buenas intenciones, invitando a la comunidad internacional a trabajar con nosotros en el desarrollo de Afganistán. Del mismo modo que cooperaron durante la ocupación, cooperen con nosotros en el progreso, exhortó Haqqani.
Tras las diferentes intervenciones, se realizaron desfiles militares y exhibiciones de equipo y armamento.
Mientras tanto, varios funcionarios del gobierno Talibán participaron en otra ceremonia celebrada en el Estadio Ghazi de la capital afgana. El ministro interino de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqi, afirmó que el Emirato Islámico no quiere que Afganistán se convierta en un campo de batalla para la competencia negativa, sino en un centro de políticas y relaciones equilibradas con todo el mundo.
Por su parte, el titular en funciones de Fronteras, Etnias y Tribus, Noorullah Noori, declaró que los enemigos de la religión, la tierra de Afganistán, el gobierno y la situación actual en el país, no pueden tolerar el vigente sistema islámico en Afganistán.
En su mensaje con motivo del tercer aniversario del regreso de los Talibanes al poder, el Primer Ministro del Emirato Islámico, Hasan Ahkund, instó a los funcionarios a no olvidar nunca fortalecer y proteger al pueblo y al sistema islámico.
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