En una declaración con motivo del 18 aniversario de la victoria de julio de 2006, el movimiento político y militar enfatizó su fortaleza y decisión de proteger a Líbano, su gente, recursos y «lo que la patria merece en términos de una vida libre, honorable y digna».
Al rememorar la fecha, Hizbulah destacó la dignidad de los mártires que «con su sangre escribieron la epopeya de la defensa honorable de Líbano y del pueblo».
En este punto, subrayó que el regreso triunfante el 14 de agosto de 2006, en medio de los escombros y la destrucción, marcó el camino bajo el lema central: «La era de las derrotas ha terminado, y la era de las victorias ha comenzado».
A propósito, apuntó que el recuerdo de la guerra de julio quedó grabado en la conciencia sionista, ya que la máquina de matar israelí, con el apoyo estadounidense ilimitado, una campaña diplomática internacional sin precedentes y una vergonzosa colusión interna no lograron quebrar la voluntad de los combatientes de la Resistencia después de 33 días de destrucción en todos los territorios libaneses.
En este sentido, Hizbulah señaló que este fracaso se reflejó negativamente en todos los aspectos de la vida política dentro de la entidad enemiga y convirtió la Resistencia en Líbano en una fuerza a tener en cuenta para Israel y sus aliados.
Al respecto, reiteró que la tierra de Líbano nunca más estará bajo ocupación, ni será rehén de la voluntad del enemigo ni abrirá sus puertas a la normalización.
En medio del escenario actual tras la operación Diluvio de Al-Aqsa, Hizbulah renovó su voluntad absoluta de acompañar al pueblo palestino junto a todos los frentes de apoyo del Eje de la Resistencia.
A la luz de las presiones israelíes, de los portaaviones estadounidenses, de los asesinatos y de las campañas mediáticas internas y externas, la Resistencia fijó su posición de continuar con coraje, sabiduría y toda la fuerza, las capacidades y las sorpresas disponibles para defender al Líbano y a su pueblo.
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