Este miércoles la coordinadora del Grupo de Investigación en Antropología Forense, Alicia Lusiardo, informó que la osamenta encontrada el 30 de julio último corresponde a un hombre de entre 1,75 y 1,85 de altura, y de entre 43 y 57 años al momento de su muerte.
Los desaparecidos uruguayos que fueron detenidos en Uruguay cuando tenían ese rango de edad son seis, afirma el rotativo La Diaria.
Cuatro de ellos fueron señalados como enterrados en el Batallón 14, tanto en el informe de la Comisión para la Paz como en el de las Fuerzas Armadas que fue publicado en agosto de 2005, por orden del entonces presidente Tabaré Vázquez.
Son Luis Eduardo Arigón, de 51 años, capturado el 13 de junio de 1977 y muerto bajo tortura en el centro clandestino “La Tablada”. Se trata del mismo sitio donde desapareció Félix Ortiz, de 45 años, en noviembre de 1981.
También Julio Gerardo Correa, de 56 años, detenido en el “300 Carlos” el 16 de diciembre de 1975; y Otermín Montes de Oca, de 45 años, apresado el 17 de diciembre de 1975 en el propio recinto.
El “300 Carlos», conocido también como “Infierno Grande” o “La Fábrica”, fue un centro clandestino de detención y tortura que funcionó desde principios de noviembre de 1975 hasta mediados del año 1977, durante la última dictadura cívico-militar de Uruguay.
Las otras dos víctimas de la dictadura que estaban dentro de ese rango etario cuando fueron detenidas son José Arpino Vega, de 47 años y Américo Soca, de 53 años, quienes fueron buscados inútilmente en sitios marcados por los informes.
Los tres restos hallados e identificados hasta hoy en el Batallón 14 pertenecen a víctimas detenidas entre agosto de 1977 y enero de 1978.
Son ellos Amelia Sanjurjo y Ricardo Blanco, torturados hasta la muerte en “La Tablada”, y el maestro Julio Castro ultimado en la casona de Millán y Clemenceau, que utilizó el régimen de facto en esta capital.
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