En esta oportunidad los beneficios serán para la compañía Texas Instruments, al amparo de la Ley de Chips promulgada por el Gobierno del presidente Joe Biden, que pretende fortalecer la capacidad de la potencia norteña frente a los desarrollos en otras partes del orbe, fundamentalmente en China.
Este viernes el departamento estadounidense de Comercio informó que la empresa recibirá ayudas directas por mil 600 millones de dólares y tres mil millones en forma de créditos, lo cual permitirá sufragar parte de la construcción de una fábrica de chips en Utah y dos en Texas.
Según la fuente, dichos proyectos costarán alrededor de 18 mil millones de dólares hasta 2029.
“Con la inversión que destinamos al líder mundial de chips de última generación y de nodos maduros, mejoraremos considerablemente nuestra seguridad económica y nacional y mitigaríamos las vulnerabilidades de la cadena de suministro”, dijo la subsecretaria norteamericana de Comercio para la Fijación de Estándares y Tecnología, Laurie Locascio.
De acuerdo con analistas, la demanda global de semiconductores continuará en ascenso, impulsada por la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas y la 5G, entre otros avances tecnológicos de uso civil y militar.
Al mismo tiempo, es de esperar que las tecnologías emergentes, como la robótica, la IA y la impresión 3D, revolucionen la forma en que se diseñan, fabrican y distribuyen los mencionados dispositivos.
Como parte de la competencia en curso, la Unión Europea (UE) también adoptó su propia legislación en materia de fomento y protección de la industria, unida a millonarios subsidios y préstamos.
La ley Europea de Chips, aprobada en septiembre de 2023, busca garantizar el suministro, la resiliencia y el liderazgo tecnológico del bloque comunitario, ello incluye la meta de duplicar la cuota de mercado de la UE en el sector hasta un 20 por ciento en 2030.
Según se informó entonces, la «Chips for Europe» dispone de un presupuesto por tres mil 300 millones de euros de fondos de la UE. Este monto está destinado a la creación de líneas piloto de producción avanzadas, el fomento de una plataforma de diseño en la nube, el establecimiento de centros de competencia, el desarrollo de chips cuánticos y la creación de un Fondo de Chips para facilitar el acceso a la financiación.
El segundo pilar de la normativa centra su atención en incentivar las inversiones públicas y privadas en instalaciones manufactureras para la fabricación de dichos surtidos, lo que debe servir para atraer más inversiones.
rgh/mjm
