El avión, que salió de Rio Verde, en el central estado de Goiás, con destino al aeropuerto internacional de Cumbica, en Guarulhos (Sao Paulo), tuvo que tomar tierra en Uberlândia (Minas Gerais, sudeste), alrededor de las 19:15 (hora local) de este jueves, después de declarar emergencia.
Según la aerolínea, se trató de «un aterrizaje técnico» después de identificar «una cuestión técnica» en el vuelo PTB 2211.
Voepass también precisó que la aeronave aterrizó con todos los sistemas operativos en funcionamiento y que los 38 pasajeros «serán reacomodados para seguir hasta su destino».
El 9 de agosto un avión de la misma empresa, modelo ATR-72, se desplomó en el municipio Vinhedo (interior de Sao Paulo) con 62 personas a bordo, 58 pasajeros y cuatro tripulantes. Nadie sobrevivió.
La concesionaria Aena, que administra el aeropuerto teniente coronel Aviador César Bombonato, en Uberlândia, informó ahora que este otro avión de Voepass aterrizó en la terminal de la ciudad mineira después de declarar emergencia 20 minutos antes.
Aena indicó que el aeródromo destinó todos los recursos del plan de emergencia para atender la operación, pero no hubo necesidad de activación y todos los pasajeros desembarcaron con seguridad, sin necesidad de atención médica.
Hasta el momento, Voepass no explicó las razones por la que varios de los trayectos, con sus aeronaves, están suspendidos.
Solo alegó que todos los aviones en operación están «aptos para volar, con todos los sistemas requeridos en funcionamiento».
El martes, el presidente de Voepass, el piloto y empresario José Luiz Felício Filho, conocido como comandante Felício, habló por primera vez públicamente sobre el accidente en Vinhedo en un video de dos minutos y 42 segundos, divulgado por la empresa.
Lamentó las muertes y comunicó que la compañía está ofreciendo asistencia a las familias de las víctimas.
Aseguró que la vida de los pasajeros y tripulantes es «la prioridad número uno» de Voepass.
Por el momento, el Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos indica en un informe inicial que el aparato, «en el trayecto entre Cascavel (estado de Paraná) y Guarulhos, perdió altura repentinamente y se estrelló contra el suelo».
Tales datos afloraron después de la realización de un peritaje en el lugar en el que el avión cayó.
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