El corresponsal de la emisora Radio Rebelde en la oriental provincia de Holguín, Aroldo García, da fe de ello en el texto presentado en varios escenarios capitalinos con motivo del aniversario 98 del natalicio del estadista universal, conmemorado en múltiples países el 13 de agosto pasado.
García lleva consigo a su “propio Fidel”, después de acompañarlo por disimiles parajes de la geografía nacional y foránea durante casi 50 años de su ejercicio periodístico, confiesa movido por la satisfacción profesional que ello supone.
El lado humano del adalid del proceso revolucionario cubano lo comprobó en múltiples ocasiones, aunque una en especial le caló hondo – recuerda el periodista-, debido a un suceso contado en los testimonios del libro sobre encuentros privados y públicos con el comandante en jefe.
El 23 de octubre de 2001, Fidel Castro visitó la escuela holguinera de Trabajadores Sociales, Celia Sánchez, y entre los reporteros que cubrían el recorrido no divisó a Aroldo, e indagó la causa de su ausencia, la que fue esclarecida por el máximo dirigente partidista de la provincia.
“Aroldo está bien, pero ahora mismo se encuentra en La Habana, donde se está luchando por salvarle la vida a su hijita, de pocos meses de nacida, a quien se le detectó un cáncer”, explicó Jorge Luís Sierra al entonces presidente cubano.
Afirma la obra, publicada por Ediciones EnVivo del Instituto de Información y Comunicación Social, que Fidel Castro no hizo más preguntas ni retomó el asunto hasta al amanecer del siguiente día cuando, ya en La Habana, le pusieron al teléfono al padre angustiado.
“Aroldo, nos extrañamos que no estuvieras ayer en la inauguración (de la escuela) pero ya nos explicó (Jorge Luís) Sierra y acabamos de conversar con el director del hospital (Oncológico Nacional), entonces le pedimos a los compañeros que te localizaran, ahora, antes de viajar a Santiago (de Cuba), donde vamos a inaugurar la otra escuela en oriente.
“Ya tenemos toda la información, dolorosamente fue necesario recurrir a la última decisión posible, pero podemos decirte que se cuenta con los recursos indispensables para el tratamiento, pero si no lo tuviéramos lo vamos a buscar, te lo aseguro. Tu hija va a vivir, tu hijita va a vivir”, reiteró el jefe de la Revolución.
A la niña hubo que extraerle completo el globo ocular de su ojito izquierdo, donde se encontraba el retinolastoma, pues Cuba no disponía de placas de iodo, de exclusiva factura estadounidense, que actúan contra el ataque maligno, otra muestra del daño del bloqueo de Estados Unidos contra la isla, revela el reportero.
Más de 20 años después Aroldo García disfruta en su natal Holguín de la que sigue siendo “su hijita Laurent Yuliet”, una profesional, ya con un descendiente, ambos en perfecto estado de salud y bajo supervisión sistemática del sistema sanitario de la isla.
Aquella noche de noviembre de 2016 cuando el líder visionario partió a la eternidad, Aroldo García contó a su hija detalles de este gesto de humanismo del comandante en jefe de la Revolución cubana que procuró por su vida en la adversidad… como hizo con la de millones de personas.
“Todos y cada uno de los agradecidos en Cuba y en muchos sitios del mundo tienen su propio Fidel Castro, yo (me cuento) entre ellos”, afirma sin tapujos el periodista de Radio Rebelde, Aroldo García.
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