Es algo que ocurre desde los años 90, opinó el experto en seguridad y exoficial de policía, luego del asesinato este viernes del abogado Tony Peña en el puerto suroriental de Limón, tras la sentencia a prisión para un criminal defendido por él y sospechoso de liderar un grupo de sicarios, explicó el canal Teletica.
Los abogados y familiares deben tener mucho cuidado a la hora de defender a imputados por narcotráfico, declaró el especialista sobre el asesinato del letrado mediante una aparatosa operación de individuos que lo persiguieron hasta su casa en un barrio de esa ciudad.
La Policía investiga posibles vínculos entre la sanción a prisión preventiva para el criminal defendido de Peña Russel y el asesinato del abogado por tres hombres armados con fusiles de asalto AK-47, quien también fue agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
«Las profesiones cambian –opinó Castaing- las leyes del país también y es entendible que por dinero los abogados tomen estos casos, pero ponen en riesgo su vida y la de sus seres queridos».
Según el perito policial, “el caso del abogado asesinado no es aislado, estas bandas poco a poco van a ir perfeccionando su modus operandi, cortar la dinámica estructural del crimen es complejo, pero hay que hacerlo».
El experto recordó que todos los días ocurren homicidios a manos del crimen organizado, lo que hace que la ciudadanía y las autoridades lo vean con normalidad.
«De tanto repetirse –subrayó- se vuelve normal. El gobierno lo ve normal, la ciudadanía también, pero no es normal, es inseguridad, no solo para los abogados. Cualquier persona que se acerque al narcotráfico está en peligro. Creo que es un aviso al Poder Judicial, hay que hacer algo».
El criminólogo reflexionó que el llamado sicariato (homicidio por encargo) “está conformado por varios elementos: el sicario, quien contrata al criminal, el vehículo y las armas. Las AK-47 abundan en el país y no solo esas, cada vez hay más de diversos calibres, es sencillo comprarlas o hasta alquilarlas para cometer un delito».
Reportes de los medios durante las últimas horas estimaron en unas 550 la cifra acumulada este año de víctimas mortales, en medio de una escalada de violencia y un estado de terror en ciudades y barrios, cuyos videos sobre la crueldad de esos actos inundan los canales televisivos.
Las autoridades policiales enfocaron este año sus operaciones en combatir a los grupos criminales más violentos de Limón, San José y Puntarenas para intentar contener la ola de violencia, afirmó el subdirector del OIJ, Michael Soto.
«Tiene que ver con dos estrategias –explicó el oficial- una de prevención, basada en el análisis criminal y con fuerza pública ante una presencia más agresiva en algunas zonas de conflicto, mientras la otra tiene que ver con la investigación de fondo en estos mismos lugares».
lam/apb
