El 2023 cerró como el año más mortífero hasta el momento y gran parte de ese triste récord se debe al conflicto en la Franja de Gaza y los bombardeos de Israel sobre ese territorio palestino ocupado, señaló la entidad.
Según reveló la OCHA, 280 cooperantes humanitarios perdieron la vida en 33 países el año pasado, con panoramas críticos en Gaza, así como en Sudán y Sudán del Sur.
“Los trabajadores humanitarios que se encuentran en primera línea de los conflictos del mundo están siendo asesinados en un número sin precedentes”, consideró la institución de Naciones Unidas.
El saldo negativo de 2023 fue superior al de 2022 (118 muertos), y “el año 2024 puede ir camino de ser aún más mortífero”, remarcó el pronunciamiento.
Hasta el pasado 7 de agosto, 172 trabajadores humanitarios fueron asesinados, según el recuento provisional de la base de datos Aid Worker Security Database, precisó la OCHA.
De acuerdo con el análisis, los niveles extremos de violencia en Sudán y Sudán del Sur han contribuido al trágico número de víctimas mortales, tanto en 2023 como en 2024; mientras, muchos trabajadores humanitarios siguen detenidos en Yemen.
La normalización de la violencia contra los trabajadores humanitarios y la falta de rendición de cuentas son inaceptables, inconcebibles y enormemente perjudiciales para las operaciones de ayuda en todo el mundo, declaró la coordinadora del Socorro de Emergencia de la ONU, Joyce Msuya.
“Hoy, afirmó, reiteramos nuestra exigencia de que las personas en el poder actúen para poner fin a las violaciones contra la población civil y a la impunidad con la que se cometen estos atroces ataques.”
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