Según un comunicado del Elíseo, la nominación del nuevo primer ministro, que reemplazará al dimitente Gabriel Attal, será fruto de esas reuniones, en un contexto tenso, por el reclamo de la izquierda de contar con un primer ministro salido de sus filas, al ser la fuerza con más diputados tras las legislativas del 30 de junio y del 7 de julio.
El objetivo declarado del oficialismo antes de las consultas es avanzar hacia la constitución de una mayoría parlamentaria lo más amplia y estable posible.
Macron aceptó a mediados de julio la renuncia de Attal y de todo su Gabinete, pero les pidió a todos seguir en el cargo con funciones básicas hasta la designación de un sustituto al frente de Matignon.
El viernes arrancarán las conversaciones del mandatario con el bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular, integrado por los insumisos, los socialistas, los ecologistas y los comunistas.
Esa fuerza propuso para el cargo de primer ministro a la economista Lucie Castets, quien estará en el encuentro, pero el jefe de Estado no parece dispuesto a ceder.
También el líder de los conservadores Laurent Wauquiez, otro de los mencionados para el puesto, será recibido por Macron el viernes.
Para el lunes el presidente dialogará con la máxima figura de Agrupación Nacional (extrema derecha), Marine Le Pen, y su delfín, Jordan Bardella, así como con el dirigente de los Republicanos Eric Ciotti, quien se alió con la ultraderecha, pese a las críticas de su partido.
La presión aumenta sobre el mandatario para que designe a un nuevo primer ministro y le encargue formar gobierno, con las discusiones sobre el presupuesto 2025 como uno de los temas acuciantes.
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