De resultar electo en el próximo mes, durante los comicios de esa formación política, Kobayashi se convertiría en primer ministro de Japón, en virtud de una tradición existente desde 1945.
El actual primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció el pasado 14 de agosto que dejará el cargo en septiembre, motivado por la necesidad de un cambio en el PLD.
Kobayashi comentó a medios locales de prensa que haber anunciado su candidatura sin estar vinculado a ninguna facción del partido constituye un símbolo de la seria intención del PLD de transformarse.
Además, se describió a sí mismo como un legislador que proviene de una familia común de clase asalariada y que ha conservado su escaño durante cuatro períodos.
Con gran optimismo, el político prometió a todos los miembros del PLD y al pueblo de Japón que el partido renacerá; incluso, insistió en que aceptará el desafío de iniciar una nueva era en su país.
A la vez, se comprometió a trabajar por una sociedad donde la gente pueda soñar y sentir esperanza, así como un Japón líder en el mundo.
Durante tres años de mandato, la popularidad de Kishida se vio resentida por escándalos políticos y una crisis económica que repercute en aumentos del costo de la vida y preocupa a todo el pueblo nipón.
Con su renuncia, Kishida enfatizó que busca asumir la responsabilidad y recuperar la confianza del pueblo.
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