La apertura de mercado emergentes decretada por el presidente Nayib Bukele aun no detuvo los incrementos atribuidos por el gobierno a las “mafias” que controlan las importaciones y las ventas de productos agrícolas en el país.
El costo de la comida aumentó en julio más que el resto de divisiones de productos en julio de 2024, precisan cifras del Banco Central de Reserva (BCR) y con el 0.94 por ciento en un solo mes, supera, incluso, al indicador de los restaurantes y hoteles, no esenciales para la vida de una persona.
Los agromercados abiertos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) hasta ahora no frenaron los precios y sus ofertas no rebajan en mucho los precios del sector no estatal.
Otras áreas de servicios y productos rebajaron costos en julio como el transporte y las bebidas, pero eso no se apreció en productos de primera necesidad como viandas, hortalizas y otros.
Por ejemplo, el arroz elevó su precio hasta rondar los 60 centavos dólar, un alza de casi 10 centavos en menos de un mes, y así otros productos como la papa y el tomate.
Según la economista Tatiana Marroquín, citada por medios de prensa, las medidas que Bukele planteó, como la amenaza a distribuidores e injerencia en la comercialización, parecen tuvieron el efecto contrario, si se analiza el comportamiento histórico de la inflación.
Estadísticas oficiales muestran que la escalada de los precios de los alimentos entre junio y julio de 2024, fue la mayor para este mismo periodo de la última década.
«En definitiva, los precios aumentaron de forma mayor que en años anteriores. Me parece que el aumento no es culpa del Gobierno. No obstante, las medidas gubernamentales fueron enfocadas en controlar precios y, claramente, no lo han logrado», afirmó Marroquín.
Según economistas y expertos, esta alza no es un proceso especulativo y la escasez, opinan, se debe a la falta de producción local y el abandono de la agricultura. El Salvador importa casi el 90 por ciento de los alimentos que consume desde Guatemala, Honduras, Nicaragua y Estados Unidos, mayormente.
Algunos críticos atacan las medidas del presidente y sostienen que los pecios disminuirán tras 60 días por un tema estacional, pues se regularizará el invierno, no por las medidas adoptadas por el gobierno.
Danilo Pérez, del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), opinó que los incrementos y disminuciones, más que a una política gubernamental, parecen responder a un tema estacional, de aumento en la oferta y afirmó que el meollo del problema está en la alta dependencia de las importaciones.
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