Durante la reunión, los asistentes refirieron que las acciones de capacitación llegaron a través de siete mil escuelas rurales, diseñadas para incidir sobre el principal eslabón en la producción agrícola angoleña, pues las familias asumen más del 80 por ciento.
Encabezado por el presidente, João Lourenço, el Consejo conoció que unas 600 mil personas de las provincias de Cunene, Huíla y Namibe se beneficiaron con el Programa de Fortalecimiento de la Resiliencia y la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Angola (Fresan).
También precisaron que 1,6 millones de hogares recibieron transferencias de efectivo y 32 mil familias cestas básicas de alimentos, lo cual se unió a acciones como el acceso a la financiación a través de Fondos Comunitarios para las cooperativas agrarias y la institucionalización del Crédito Agrario de Campaña.
Otros programas son el del Precio Mínimo Garantizado, para favorecer la producción nacional, además de avanzar en el fortalecimiento del sistema de garantías para el acceso al crédito comercial, mediante el Fondo de Garantía de Crédito (FGC) y las garantías soberanas.
El Fondo de Apoyo al Desarrollo Agrario (FADA) igualmente ha desempeñado un papel importante en el ámbito de la mecanización agrícola ligera, precisaron en la reunión.
Lourenço comentó que las políticas del Ejecutivo van encaminadas a estimular la producción nacional de alimentos y reducir las importaciones de lo que es posible producir localmente, con la ambición de que los productos de la cesta básica y de la reserva estratégica de alimentos sean nacionales.
Adelantó que en un plazo de tres años el país no necesitará importar abonos ni vacunas para el ganado bovino, porcino y las aves de corral ponedoras y de engorde, gracias a la industria de abonos de Soyo y el centro de vacunas de Huambo.
Añadió que en asociación con el sector privado el Ejecutivo prevé la construcción de mataderos, plataformas logísticas, unidades de descascarado de arroz y trigo y silos de almacenamiento para absorber la producción de cereales y granos como maíz, arroz, trigo, sorgo y soja; además de disminuir las importaciones de carne de cerdo y pollo.
Resaltó el impacto que tendrán en el sector agropecuario las grandes infraestructuras construidas en el marco del Programa de Lucha contra los Efectos de la Sequía en el Sur de Angola, que con una capacidad de almacenamiento de mil 896 millones de metros cúbicos de agua y 440 kilómetros de canales favorecerán el desarrollo de esas actividades.
Lourenço remarcó las acciones para crear mejores condiciones de vida en las zonas rurales, y subrayó que el “éxito de la lucha contra el hambre y la pobreza no depende del aumento de las importaciones o de la política fiscal y cambiaria, sino del incremento de la oferta de productos alimenticios producidos nacionalmente”.
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