En una nota de su cuenta en Facebook, el entendido, asesor y economista local, examina esta tendencia del momento.
Señala que en la industria hotelera, donde los niveles de servicio son una expectativa mínima, el diseño se convierte en el factor diferenciador que puede llevar al éxito rotundo.
La clave está en invertir en un concepto de marca sólido que abrace la innovación y la identidad propia, destacándose en un mercado saturado. Es imprescindible involucrar a diseñadores de interiores reconocidos, artistas en su campo, capaces de transformar un espacio común en una obra maestra de hospitalidad.
Estos comentarios, Perelló los apoya en criterios del arquitecto y fundador de Grupo Zwark, Diego Zúñiga, (estudio con 20 años de experiencia en el sector inmobiliario, proyectos de interiorismo y venta de muebles de lujo, con sede en México).
A lo largo de esos años tal Grupo ofreció los mejores productos y marcas de decoración de interiores y exteriores para oficinas, restaurantes, hoteles y hogares.
Insiste el comentarista que el costo del diseño de interiores debe ser una inversión esencial en el presupuesto hotelero, pues no se debe escatimar en este aspecto, ya que el retorno de inversión es notable.
Un diseño excepcional atrae a huéspedes y también a la comunidad local y visitantes de otros hoteles. Un entorno bien diseñado se convierte en un imán de consumo, ya sea para una comida, una reunión de trabajo o simplemente para relajarse.
El diseño de interiores va más allá de la estética, pues tiene un impacto directo en la experiencia del huésped. Un hotel con un diseño bien pensado puede transmitir comodidad, lujo y una sensación de hogar, algo que es invaluable para los viajeros, considera el entendido.
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