Los gendarmes son parte de los ocho oficiales a los cuales les fueron aplicadas medidas disciplinarias por orden de la Fiscalía, y están obligados a presentarse dos veces por semana ante el oficial investigador del caso hasta la culminación de las pesquisas.
Tan pronto se conoció de la escapada masiva, los cinco policías fueron detenidos por sospechas de haber auxiliado a los fugados.
El caso conmocionó a la sociedad keniana porque siguió en pocos días a la fuga de la estación policial del distrito de Girigiri de Jumaisi Khalusha, de 33 años de edad, asesino confeso de 42 mujeres, entre ellas su esposa, por cuya captura las autoridades ofrecen una jugosa recompensa.
Kalusha es considerado armado y peligroso, advirtieron las autoridades que aún trabajan en la identificación de más de tres decenas de cadáveres de víctimas del asesino en serie.
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