La doctora Miriam Teresita Llanes, jefa del Centro de Pronósticos de esa institución científica, dijo al diario Granma que para el resto de la temporada se prevé la formación de 15 tormentas tropicales en toda esa área geográfica, de las cuales nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.
Del total de tormentas tropicales, 12 deben desarrollarse en la zona oceánica del Atlántico y tres en el mar Caribe, dijo.
Las probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe, y de que uno de procedencia atlántica penetre en el Caribe, continúan siendo muy altas, con 85 y 70 por ciento, respectivamente.
Precisó la experta que el peligro de que Cuba sea afectada por al menos un huracán es de 80 por ciento de probabilidad y en el caso de que lo haga al menos una tormenta tropical esa posibilidad alcanza el 90 por ciento.
Llanes enfatizó que las condiciones oceánicas y atmosféricas sobre el océano Atlántico y el mar Caribe se mantienen favorables para el surgimiento y desarrollo de los ciclones tropicales.
La temperatura superficial del mar en la franja tropical del Atlántico norte continúa registrando valores muy altos.
Desde junio de 2023 hasta julio de 2024 han ocurrido valores récords en cada mes para el periodo 1951-2024, y los modelos sugieren que ese calentamiento puede persistir durante los próximos meses de la temporada, aseveró.
Otro factor propicio para la alta actividad ciclónica es el predominio actual de condiciones neutrales en el océano Pacífico y el probable desarrollo de un nuevo evento La Niña-Oscilación del Sur (ENOS), a partir de septiembre u octubre.
Hasta el 21 de agosto se han formado cinco tormentas tropicales, tres en junio y dos en la primera quincena del presente mes. De ellas, tres alcanzaron la categoría de huracán (Beryl, Debby y Ernesto).
mem/abm