La expectativa domina en el país en un ambiente tenso, marcado por los reclamos de la izquierda del derecho a formar gobierno, al resultar la fuerza con mayor cantidad de diputados (193) en las elecciones legislativas del mes pasado, aunque lejos de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, fijada en 289 escaños.
Precisamente serán los dirigentes del Nuevo Frente Popular, integrado por los socialistas, los insumisos, los ecologistas y los comunistas, los primeros en ser recibidos por Macron en el Palacio del Elíseo, donde también dialogará con sus aliados y con el representante de los conservadores Laurent Wauquiez.
En la delegación de la izquierda estará su candidata a primera ministra, Lucie Castets, quien intentará convencer al mandatario de su intención de crear consensos.
Sin embargo, el jefe de Estado tiene la presión de su campo para que se incline hacia la derecha, lo cual analistas estiman constituirá el camino elegido por el presidente de la República.
A propósito de las consultas, las cuales continuarán el lunes con Marine Le Pen y otras figuras de la extrema derecha, el Elíseo adelantó su objetivo de forjar una alianza lo más amplia posible, que garantice estabilidad y durabilidad al nuevo gobierno.
Hace siete semanas Macron aceptó la dimisión de Attal y de todos sus ministros, tras los reveses oficialistas en los comicios europeos y legislativos, pero les pidió seguir en los cargos con funciones básicas, hasta que nombre al primer ministro sucesor al frente de Matignon.
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