Después de haber leído más de cinco mil ejemplares en francés, árabe e inglés, Aziz también es el librero más veterano de este lugar donde vive hace más de 43 años
Según la historia de este marroquí publicada por la red social Facebook, al preguntársele por qué deja sus libros desatendidos afuera, donde pueden ser robados potencialmente, Aziz respondió: «los que no saben leer no roban libros, y quienes pueden no son ladrones».
Muy buena reflexión para quien estuvo durante mucho tiempo frustrado y sin estudios; huérfano a los seis años y el intento de ser pescador para cumplir su sueño de graduarse en la escuela secundaria.
Tiene su negocio de libros usados desde 1963 en la Medina, el barrio más añejo de Rabat; a los 15 años dejó la escuela por no poder pagar los libros de texto debido a su alto costo, lo cual era imposible para su familia.
Decidió abrir una librería y colocó a sus más queridos amigos sobre una alfombra en el suelo, debajo de un árbol, y ya lleva más de medio siglo al frente de su tienda, cumpliendo su sueño de estudiar.
La jornada de venta de Aziz es de 12 horas y antes de abrir busca volúmenes usados en otras tiendas, disfruta primero de su lectura y luego los comercializa.
Con dos almohadas y un libro es suficiente para sentirse feliz. aseveró el ávido lector.
Acumula torres de obras y cuando le preguntan cuántos tiene responde: «no los suficientes».
Solo interrumpe la lectura para hacer sus oraciones, fumar, comer, atender y asesorar a los clientes interesados en temas específicos.
Muchos turistas lo visitan hoy para comprar algún libro y tomarle fotografías.
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