El delegado de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre en la provincia de Sancti Spíritus, departió con Prensa Latina, sobre el simbolismo de esta planta que llena de orgullo desde la conquista a todos los cubanos.
Desde el descubrimiento del Nuevo Mundo, del Caribe, desafiaba las alturas en los bosques, sus penachos agitados por los vientos eran motivación de curiosidad de los cronistas de la época. Pueden llegar o sobrepasar un siglo de vida.
Arboricultores consideran que la palmera por tener un tronco robusto y recto, en medio de grandes vientos, tormentas, puede mecerse desde su nacimiento hasta el domo, su altura tienen como opositores a las descargas eléctricas.
Hernández, con una amplia literatura de la flora y la fauna regional, asegura que es nativa de Cuba con presencia en regiones de Latinomaerica y en el sur de Estados Unidos; por su fácil adaptación esta en casi todos países en ambientaciones de parques y ciudades.
En la provincia espirituana constituye frondosidad en zonas del norte, el centro y parte de las montañas, con una singular presencia en los llanos de Yaguajay desde la Sierra de Bamburanao hasta zonas costeras.
El género Roystonea se compone de 10 especies muy afines entre sí, distribuidas en isla, donde tienen representación 15 géneros y 98 taxones infragenéricos en 80 especies.
Para el estudioso es una planta donde se puede aprovechar todo en beneficio humano y de diversidad de aves y animales: su tronco, pencas, palmiche (su fruto) se usa como alimento para los cerdos y es aportadora de aceite.
Al abrir los racimos las flores su néctar es trasladado por las abejas a su panales de miel, su tronco es labrado en tablas para la fabricación de casas rústicas, corales y soporte de cubiertas de techos. Sus raíces son parte de la medicina tradicional contra cálculos y la diabetes.
La Reina de los campos de Cuba, es conocida con disímiles nombres, algunos a partir de voces indígenas o utilidad: Chaguaramo cubano, Palmera real cubana, Asahí, Caruta, Chaguarama, Mapora, Palma de yaguar, Palmiche, Palmiste, Yagua, Yaguarrama, entre otros.
En Sancti Spíritus, uno de los territorios con mayor densidad de esta planta, tiene presencia además La Palma Cana (Sabal Causiarum), sus hojas de abanico se emplean en techos y labores de artesanía tradicional.
En el lomerío del Escambray, en la zona de Pitajones, Trinidad, fue redescubierta una colonia con la Coccothrinax crinita subespecie brevicrinis, endémica del Macizo Guamuhaya, considerada extinguida desde 1912.
Entre los últimos hallazgos esta la Palma Azul (nombre popular), nuevo grupo descrito por estudiosos de la Sociedad Cubana de Botánica en Sancti Spíritus, su primera observación fue en 1995 y demoró varios años para ser avalada oficialmente.
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