Televisoras regionales mostraron imágenes de intensos bombardeos aéreos y de artillería contra la urbe, que afectaron a mezquitas, viviendas y otras estructuras civiles.
Por su parte, medios de prensa israelíes informaron que los tanques rodearon la localidad por el sur y ocuparon la colina 86, que separa a la misma de la sureña ciudad de Khan Yunis.
También penetraron en los cercanos campamentos de refugiados de Al-Maghazi y Al-Bureij, así como en el poblado de Hamad.
Tras la retirada de los militares de esta última localidad, los equipos de socorro comenzaron las tareas de remoción de escombros para intentar recuperar los cadáveres.
Según datos de la ONU, en los últimos tres días más de 100 mil palestinos fueron obligados a abandonar el este de Deir al-Balah, una de las últimas grandes ciudades gazatíes que aún no había sido invadida por tropas israelíes desde el estallido del nuevo ciclo de violencia, el 7 de octubre de 2023.
Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios denunció que del 1 de julio y al 21 de agosto, Israel emitió 16 órdenes de evacuación que afectaron a unos 213 mil palestinos.
Ayer en la tarde, las Fuerzas Armadas instaron a la población a abandonar “los municipios de Al-Masdar, Al-Maghazi y el noreste de Deir al-Balah” y los bloques 125, 126, 2231 y 2232.
En varias ocasiones los militares redujeron la llamada zona segura, ubicada al este de Deir al-Balah y donde se refugiaron cientos de miles de palestinos. Incluso el área fue bombardeada por la aviación.
La mayor parte de la “zona humanitaria” carece de infraestructura, y no cuenta con agua ni instalaciones de servicios básicos porque se trata de un territorio costero deshabitado, lo cual agravó la crisis humanitaria y la propagación de epidemias en Gaza.
Según la Defensa Civil, en esa área están hacinados unos 450 mil palestinos, la mayoría mujeres y niños, aunque otros organismos estiman que la cifra es mucho mayor.
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