“Este impuesto adicional se aplicará además del arancel de importación de nación más favorecida del 6,1 por ciento que se aplica actualmente a los vehículos eléctricos producidos en China e importados a Canadá”, explica el comunicado del Ejecutivo.
La medida entrará en vigor a partir del 1 de octubre de 2024 e incluirá a automóviles de pasajeros, camiones, autobuses y furgonetas de reparto eléctricos y algunos equipos híbridos.
El Gobierno del primer ministro Justin Trudeau también anunció que aplicará un impuesto del 25 por ciento a los productos de aluminio y el acero procedentes de China, a partir del venidero 15 de octubre.
Según alega el documento, las disposiciones pretenden proteger la industria nacional, pues los trabajadores y el sector del automóvil enfrentan actualmente «una competencia desleal por parte de los productores chinos, que se benefician de políticas y prácticas injustas y ajenas al mercado”.
“Lo importante de esto es que lo estamos haciendo en línea y en paralelo con otras economías de todo el mundo”, dijo Trudeau en declaraciones a periodistas en Halifax, Nueva Escocia.
La postura del Ottawa se dio a conocer pocas horas después de que el asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense, Jake Sullivan, se reuniera con Trudeau y el Gobierno canadiense.
De acuerdo con el anuncio, el Ejecutivo pondrá en marcha una segunda consulta de 30 días sobre la imposición de aranceles adicionales a otros sectores fundamentales para Canadá, como las baterías y sus componentes, los semiconductores, los productos solares y los minerales críticos.
A escala internacional, aumenta la preocupación por las posibles consecuencias de las actuales disputas arancelarias entre las principales potencias económicas del orbe, mientras la Organización Mundial del Comercio (OMC) carece en estos momentos de capacidad institucional para encarar el asunto.
Washington continúa obstruyendo la selección de jueces para el Órgano de Apelación de la OMC, por mencionar solo un ejemplo.
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