En declaraciones separadas, el movimiento libanés confirmó el impacto de sus operaciones aéreas dirigidas a la recién establecida sede del Comando de la 146 Brigada en Shraga y la nueva base general de la 91 División en Ayelet HaShahar, pertenecientes al ejército de Tel Aviv.
Hizbulah notificó en un comunicado inicial el golpe con un planeador de asalto al equipo de espionaje en el sitio militar enemigo de Ramya.
Después de una mañana de cautela a ambos lados de la frontera, drones israelíes apuntaron a un vehículo en Saida y a las localidades de Taybeh y Hanine.
Los aviones israelíes rompieron la barrera del sonido sobre Beirut y varias regiones libanesas, además de bombardear las aldeas sureñas de Tair Harfa, Naqoura, Aalman y Meiss El Jabal.
A su momento, el Ministerio libanès de Salud informó que un residente sufrió asfixia grave como resultado del bombardeo israelí con fósforo en la ciudad de Wazzani.
Por su parte, el portavoz del ejército israelí reconoció la caída de varios drones en las zonas de Alta y Galilea Occidental.
La prensa israelí divulgó que tres aviones no tripulados explotaron en la zona de Ayelet HaShahar y la activación de las sirenas de alarma en los asentamientos de Shlomi, Betzet, Avdon y Neve Ziv.
El exjefe de la División de Operaciones del ejército, mayor general Israel Ziv, consideró que estratégicamente Israel se encuentra en un estado de erosión continua, lo que en última instancia se traduce en perder puntos frente a Hizbulah.
De acuerdo con el periódico hebreo Israel Hayom, desde hace unos 11 meses, el ejército se encuentra en una posición defensiva en el norte y la Resistencia creó una ecuación de represalia y una guerra de desgaste.
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