En un mensaje por la red social X, el funcionario afirmó que “dada la gravedad de la situación, mañana encabezaré personalmente la misión del OIEA a la central nuclear de Kursk (KNPP), en la Federación Rusa”.
Según reconoció la OIEA, hay un aumento de la actividad militar en las inmediaciones de la planta, ubicada en la región rusa de Kursk, donde Ucrania lanzó una ofensiva a principios de agosto.
La seguridad y la protección de las instalaciones nucleares no deben comprometerse bajo ningún concepto, sostiene la institución multilateral, que invitó a las partes en conflicto a evitar hostilidades en las cercanías de las centrales atómicas.
Al decir de Grossi, el OIEA tiene la intención de realizar una evaluación independiente de la situación en Kursk.
El 17 de agosto, el funcionario y el director general de la corporación rusa de energía nuclear Rosatom, Alexéi Lijachov, tuvieron una conversación telefónica, en la que examinaron los riesgos latentes en torno a las centrales de Kursk y Zaporozhie, por similares razones.
Fragmentos de misiles ucranianos interceptados fueron hallados en el territorio de la planta de Kursk, en particular en la zona de los residuos radiactivos, el pasado 8 de agosto, indica una información enviada al OIEA.
Según un informe de las fuerzas de seguridad de Rusia, el Ejército ucraniano planea usar proyectiles con ojivas radiactivas para atacar las centrales nucleares de Kursk y Zaporozhie.
En recientes declaraciones sobre el tema, el portavoz de Naciones Unidas Stéphan Dujarric, señaló que “todo el mundo debería estar preocupado por tener dos centrales nucleares en medio de una zona de guerra”.
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