Lessa, quien está preso en la penitenciaría del municipio Tremembé, en Sao Paulo, será escuchado por primera vez por el STF sobre el caso desde que cerró en enero un acuerdo de denuncia premiada.
En una grabación, el expolicía dio detalles sobre el plan para asesinar a la concejala, quien según él, era una «piedra en el camino» de los hermanos Chiquinho (diputado) y Domingos Brazão (exconsejero del Tribunal de Cuentas de Río de Janeiro), acusados en el STF por sospecha de ser los mandantes del crimen.
«Lo que me dio a entender es esto: Marielle va a estorbar, y vamos a seguir eso ahí, y para eso, ella tiene que salir del camino», dijo Lessa en la delación al recordar encuentros con los hermanos para debatir el crimen.
Afirmó también que el plan para matar a la activista de los derechos humanos comenzó a construirse en septiembre de 2017, seis meses antes del homicidio.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban Franco y el chofer Anderson Gomes en la noche del 14 de marzo de 2018 en Río.
La concejala regresaba a su casa tras participar en un debate con jóvenes negras, cuando su auto fue baleado: ella recibió disparos en la cabeza y el chofer en la espalda.
Según el asesino, estuvo a punto de matar a Franco meses antes del crimen, pero «perdió la oportunidad».
«Era mucho dinero involucrado. En ese momento, daría más de 20 millones de dólares. No estamos hablando de poco dinero (…). Nadie recibe una propuesta de recibir 10 millones de dólares simplemente para matar a una persona», manifestó el homicida.
Señaló a los investigadores, con uso de satélite, las supuestas áreas en las que se crearían los lotes.
El minibarrio que se le prometió al exsargento policial quedaría en Jacarepaguá, en la Zona Oeste de Río, y sería un negocio millonario, pues actuaría como el jefe de la milicia en el local.
Informó que, al aceptar participar en el contrato, apenas sabía quién sería el objetivo del asesinato.
Reveló que fue abordado por el expolicía militar Edmilson Oliveira da Silva, conocido como Macalé, quien le presentó una «muy buena propuesta, que era para hacerse rico».
Admitió que no supo que mató a Gomes hasta horas después del asesinato, mientras estaba en un bar con el también expolicía militar Élcio Queiroz, otro acusado por los crímenes.
De acuerdo con el diputado Tarcisio Motta, con el homicidio de Franco se pretendía intimidar a quien enfrentaría los intereses de las milicias en Río, en decisiones políticas.
mem/ocs
