Un comunicado divulgado por su portavoz exigió la rendición de cuentas de los responsables, pertenecientes al grupo Jama’at Nusrat al-Islam wal Muslimin (JNIM), vinculado a Al Qaeda.
Los trabajadores humanitarios de la ONU en el país calificaron como terrible las condiciones del área tras la matanza reportada el fin de semana.
Los atacantes arremetieron contra la población mientras estos cavaban trincheras alrededor de la ciudad para protegerla de los ataques.
De acuerdo con reportes de prensa, la agrupación terrorista ocupa grandes áreas al norte del país de África occidental.
Al igual que otras organizaciones, el JNIM llegó a Burkina Faso desde el vecino Mali, y sus operaciones agravan aún más la crisis de seguridad que desencadenó dos golpes militares durante 2022.
Según las autoridades locales, el año pasado se contabilizaban al menos 90 mil desplazados en Barsalogho.
Las familias buscaron refugio allí debido a la inseguridad en las zonas circundantes y su llegada supuso una presión adicional sobre los servicios y suministros locales, advirtió al respecto el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
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