Los zocos de Ahmadieh, Hebal, Saqatiyah II y Al-Haddadin fueron sometidos a intensos trabajos de restauración durante el año pasado, con la finalidad de recuperar su vitalidad y funcionalidad por su papel importante no solo en revitalizar la economía de Alepo sino también preservar su patrimonio cultural e histórico, informó un comunicado de la Secretaria Siria para el Fomento, una de las entidades gestoras de este proceso.
La nota precisó que el número de tiendas comerciales reconstruidas ascendió a aproximadamente 159, que se suman a las que había sido rehabilitadas anteriormente, mientras se trabaja actualmente para restaurar los 37 mercados antiguos de Alepo, que contienen unas 24 artesanías sirias auténticas.
La ceremonia de reapertura contó con altas figuras oficiales y de la comunidad local, comerciantes, industriales, representantes de la Secretaría Siria de Fomento y de diversas entidades gubernamentales.
En declaraciones a la prensa, el secretario general de la Presidencia de la República, Mansour Azzam, explicó que los trabajos se llevaron a cabo gracias al esfuerzo de la gente de Alepo y con el apoyo y la supervisión directa del mandatario Bashar Al-Assad.
Esta labor se hizo realidad gracias a la firmeza de los alepinos y su firme voluntad por medio de la cual pudieron vencer el terrorismo y echar a andar de nuevo la rueda de la vida, aseguró.
Por su parte, la ministra de Cultura, Labana Mashouh, afirmó que la vida está volviendo a Alepo gracias a todos los esfuerzos y la cooperación entre todas las partes que restauraron, apoyaron y trabajaron día y noche para devolverle la vida a estos hermosos mercados.
Se hizo realidad el sueño de los residentes de Alepo de devolver el espíritu y la vida a su ciudad vieja que incluye más de 200 monumentos arqueológicos, que se reflejaron el estilo de vida de la gente y su actividad económica y artesanal, dijo el representante de los mercados de Alepo, Mahmoud Khoja.
Alepo, ubicada a 400 kilómetros al norte de Damasco, fue liberada de los grupos radicales en la segunda mitad de 2016 tras feroces combates con el Ejército sirio.
La ciudad vieja, declarada patrimonio de la humanidad desde 1986, quedó casi totalmente destruida, y desde 2018 se somete a un intenso proceso de reconstrucción de los daños que sufrieron a consecuencia del terrorismo.
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