La mayoría de estos vehículos aéreos no tripulados, 11, fueron derribados en la provincia de Briansk; otros cuatro, en la de Kaluga; dos, en la república de Crimea; y uno, en la provincia de Bélgorod, precisó la cartera militar este viernes en su página oficial de Telegram.
El Ministerio de Defensa ruso no especificó los blancos de estos ataques que calificó de «terroristas».
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según el presidente Vladimir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del gobierno de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional.
En diciembre pasado, Putin afirmó que la operación continuará hasta que Rusia logre la desnazificación, la desmilitarización y la neutralidad de Ucrania.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
Durante los últimos meses, se han intensificado los ataques ucranianos con drones contra refinerías de petróleo y depósitos de combustible en Rusia, en primer término, en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tartarstán.
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