Un informe del diario La Prensa Gráfica (LPG) al abordar esa situación precisa que el gobierno ya invirtió mucho tiempo, recursos y esfuerzos.
El presidente salvadoreño, agregó LPG, se refiere “al régimen de excepción, a su eventual finalización y brinda un dato desconocido: que hay unos ocho mil pandilleros en las calles y que el objetivo del gobierno es detener al menos a la mitad de esa cantidad, pues así ya no les alcanzarán los números frente a las autoridades”.
Aseveró el diario que el apunte del mandatario coincide con unas declaraciones brindadas esta semana por el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, quien se refirió al régimen y a la restricción de garantías constitucionales como “la última herramienta que teníamos para rescatar el Estado de derecho”.
Ningún funcionario explicó hasta el momento en qué zonas del país es más fuerte ese remanente pandilleril, si en la ciudad o en el campo, “si continúan medrando del narcomenudeo y si ya descartaron sus pretensiones subversivas”, agregó.
De cualquier modo, puntualizó, las cifras mencionadas esta semana indican que, en los planes a mediano plazo del gobierno, desmilitarizar la seguridad pública no es una opción.
Apuntó la publicación que el salvadoreño es un proyecto autoritario, de control político y social, las dos caras de la misma moneda.
En lo político, explicó, el movimiento construido alrededor del mandatario granjeó suficiente capital en su primer ejercicio electoral presidencial; lo refrendó cinco años después como consecuencia directa del enfrentamiento contra la pandilla, una coyuntura que obligó al Estado a desplegar su músculo más punitivo, a exhibir un monopolio de la fuerza inédito en este siglo.
Si bien gozó de una aprobación ciudadana mayoritaria luego de la ola homicida, la institucionalidad debió articular unos argumentos poderosos para justificar la restricción de derechos; lo hizo con tanto éxito que le permitió mantener los niveles de aceptación de la medida en sus sucesivas prórrogas, sostuvo LPG.
“El gobierno hizo entender a la nación que firmó una victoria sobre la pandilla, ese fue uno de los componentes de la campaña electoral más reciente; la población lo cree, es un hecho para la mayoría de ciudadanos”, valoró.
Es el saldo del hermetismo con que se actúa desde la esfera del poder, subrayó LPG, que se corre el riesgo de que la propaganda, que corre siempre más rápido que el análisis y la discusión, adquiera tintes de verdad y que la sociedad abrace medias verdades hasta que la realidad la disuade con crudeza.
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