Ante la presencia del embajador palestino Adnan Abu Al-hajyaa y miembros de su cuerpo diplomático, el espectáculo de casi dos horas resultó una combinación de danza, música y poesía en un ambiente íntimo y a sala llena en el Akshara Theather de Delhi.
Entrelazaron las presentaciones denuncias sobre los horrores provocados por Tel Aviv en el enclave costero, principalmente la muerte de miles de niños, la crisis humanitaria allí, además de la separación forzada de las raíces y la familia.
Guiados con un compromiso ante una causa justa, los artistas derrocharon destreza y sentimiento en piezas tradicionales y contemporáneas, acompañados algunos por instrumentistas y cantantes representantes del variado folclor de la nación surasiática.
Particularmente emotiva resultó Lori, interpretada por Aranyani Bhargav, basada en una canción de cuna escrita en 1980 por Faiz Ahmed Faiz para un niño palestino huérfano por la guerra, y en la que se intenta consolar, de manera infructuosa, a menores que han sufrido en carne propia los conflictos bélicos.
También, la presentación de la Compañía de Danza Aditi Mangaldas y Fundación de Danza Drishtikon que cerró el espectáculo con Weeping Red, puesta en escena que recrea el baile tradicional Kathak con danza contemporánea alrededor de los poemas Gaza, de Sudeep Sen, y If I must die, de Refaat Alareer.
Aditi Mangaldas, la directora del grupo, protagonizó la pieza, la cual de manera dinámica incorporó la propuesta del escultor Manish Kansara de una instalación artística con cables.
Al final de la función, el embajador palestino agradeció la solidaridad de los artistas indios con su pueblo y su denuncia al barbarismo al que son sometidos los habitantes del territorio ocupado por Israel.
El espectáculo, que sirvió también de motivo para donaciones a favor de la causa palestina, moverá conciencias y corazones en Calcuta el dos de septiembre y posteriormente el 8 de ese mes será apreciado por el público de Polonia.
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