El evento se celebra con la asistencia de más de 400 campesinos y miembros de comunidades étnicas en la Universidad de Cundinamarca, en la ciudad de Fusagasugá, en el centro de la nación sudamericana.
Durante la víspera, la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, y el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, firmaron la Declaración de Fusagasugá donde se reconoce al campesinado como guardián de la biodiversidad y donde se incluyen siete puntos para acabar con la estigmatización sufrida por el sector.
A propósito del encuentro, Carvajalino consideró que constituye un espacio para escuchar, aprender de las experiencias y los casos de éxito de los campesinos del país pues, según estimó, solo habrá justicia agraria y ambiental cuando sus voces sean tenidas en cuenta en las decisiones y medidas que propenden por la sostenibilidad del planeta.
Añadió que “la paz con la naturaleza no es posible sin los saberes del campesinado y las comunidades étnicas, los grandes guardianes de suelos, ríos y mares; los grandes cuidadores del medio ambiente, garantes de la conservación de la biodiversidad”.
Las ponencias que se presentan en la Cumbre se dividen en varios temas entre los que se hallan Reforma Agraria: Lucha por la tierra, el agua y la protección de la biodiversidad; Bioeconomías populares; Biodiversidad y territorialidades; Conversación de convivencia y paz con la naturaleza; y Soberanías alimentarias y agroecologías.
Una de las metas del encuentro es incidir en políticas públicas, de manera que se reconozca el papel fundamental de las comunidades agrícolas y étnicas en la conservación de la diversidad biológica, así como impulsar una declaración del movimiento campesino y su compromiso frente a ese eje vital para la sostenibilidad del planeta.
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