Con ese paso, Kiev alejó alguna posibilidad de comenzar negociaciones de paz con Moscú, consideró Balfe en declaraciones a medios de prensa rusos, citados en esta capital.
A todos nos sorprendió y fue una sorpresa la invasión ucraniana en Kursk, pero ello no pudo realizarse sin un visto bueno de Estados Unidos y pienso que, si le preguntaran a Reino Unido, tampoco hubiera puesto objeciones, comentó el legislador británico.
Esa agresión para nada mejora las condiciones para desarrollar conversaciones de paz, pero dudo mucho que haya alguna perspectiva en ese sentido, al menos antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre próximo, constató.
Unos 10 mil militares ucranianos, con respaldo de mercenarios extranjeros y decenas de equipos de guerra penetraron en territorio ruso el pasado 6 de agosto.
El Ministerio ruso de Defensa afirma que ya eliminó ocho mil 200 uniformados del vecino país y 76 tanques en Kursk.
La cartera de Situaciones de Emergencia debió evacuar a al menos 11 mil 500 personas, incluidos tres mil 500 menores a 197 puntos de atención, situados en 28 regiones del país euroasiático.
Estados Unidos oficialmente niega cualquier participación en esa acción bélica, pero medios de prensa occidentales destacaron la presencia de generales estadounidenses en la dirección de la operación, en la cual Kiev contó con datos de miles de imágenes de satélites occidentales.
Las tropas ucranianas mantienen en constante hostigamiento a las regiones fronterizas rusas de Bélgorod, Kursk y Briansk.
El 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin ordenó una operación militar para proteger a la población de las regiones sublevadas de Donetsk y Lugansk, cuya soberanía e incorporación a Rusia había aceptado Moscú.
Kiev empleó en la agresión a Kursk decenas de tanques, vehículos blindados, piezas de artillería, drones y sistemas coheteriles suministrados por potencias occidentales.
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